No me lo puedo creer … Lloro de alegría delante de mi pantalla !
Este Papa, que rompe los códigos de la prudencia, de la decencia, de la racionalidad, para acoger al forastero, afirmando su amor por los pobres y los refugiados, sin huir de ellos, tomando el riesgo de hacer rechinar los dientes de aquellos que desprecian al amor activo, a la política, a la Caridad (que erróneamente ven como una sumisión o incluso una prostitución).
Qué Papa formidable tenemos. Sí. Qué gran Papa.